1. Definir que es un proyecto vital
Del latín proiectus, el concepto de proyecto nombra al conjunto de actividades coordinadas e interrelacionadas, que buscan cumplir con un objetivo específico, en este sentido podría decirse que un proyecto vital es la dirección que un persona marca para su propia existencia.
En base a sus valores, un hombre planea las acciones que tomará en su existencia con el objetivo de cumplir con sus deseos y metas. De esta forma su proyecto de vida será como un programa a seguir para lograr sus anhelos.
Un proyecto de vida supone la elección de ciertas direcciones y la exclusión de otras, lo que puede generar un conflicto existencial y llevar a un estado de indecisión. Este tipo de situaciones puede darse cuando una persona se decide a estudiar una cierta carrera para trabajar en determinada profesión; en algún momento de su vida, puede sentirse disconforme y comenzar a reflexionar sobre su proyecto de vida.
El principal problema a la hora de definir y desarrollar un proyecto de vida es la incapacidad de renunciar a las posibilidades (en nuestro ejemplo anterior, al elegir una carrera, se descartan todas las demás). También pueden existir presiones del ambiente social o familiar para determinar el proyecto individual.
En definitiva, todo proyecto es un camino para alcanzar una meta. Un proyecto de vida marca un cierto estilo y un modo de llevar adelante las acciones que conforman la existencia.
Como resulta evidente, cada persona tendrá su propio proyecto de vida. Los psicólogos resaltan la importancia de determinar este proyecto, para dotar de un sentido profundo todas las acciones.
2. De qué forma esta definición podría aplicarse a nuestro rumbo profesional.
El docente que posee proyectos de vida asume su labor pedagógica como educador e incluye está en la complejidad de su propia vida. El éxito de un docente y en general de toda persona depende de la manera como se proyecte en la vida. No todo docente educa. No todo docente es pedagogo. No todo docente es maestro. Es deseable que el profesor y quien ejerza la docencia sea un verdadero pedagogo, maestro y educador al mismo tiempo, es deseable que el verdadero pedagogo y educador asuma este oficio como uno de sus proyectos de vida.
Muchos docentes entregan toda su vida al oficio de educar, dejando de vivir otras dimensiones de la vida, o dedicando lo mejor de sí a este y poco o nada a la calidad de vida personal, familiar, social, cultural, espiritual, estética o política. El proyecto de vida pedagógico no reside solamente en prepararse de manera permanente para generar oportunidades y capacidades de intervenir en la formación integral de los estudiantes, sino también y sobre todo en asumir su vida con pensamiento pedagógico, es decir con capacidad para intervenir pedagógicamente en el manejo de su propia vida. Las personas que no poseen proyectos de vida avanzan consciente o inconscientemente proyectos de muerte, ven las cosas en y desde una misma dirección.
Es cierto que el verdadero educador roba buena parte del tiempo de su vida para entregarla a este oficio. Pues hay que invertir en la preparación de verdad y con rigor de las clases, para generar posibilidades y capacidades de motivación y aprendizaje significativo, desarrollo de competencias cognoscitivas y socioafectivas, comprensiones y vivenciación de conocimientos; en conocer los progresos en los campos y disciplinas afines a las áreas de formación, así como diferentes enfoques y modelos pedagógicos clásicos y contemporáneos, para no quedarse con visiones y perspectivas teóricas y metodológicas lineales, nicas, uniformes y regidas, negándose la posibilidad de recoger lo mejor de la diversidad pedagógica; en regalarle tiempo al estudiante en lugar de cerrarle las puertas del afecto, la amistad, la tolerancia y la comprensión; en conocer a los estudiantes y seleccionar metodólogas heterogéneas en lugar de homogeneizantes que advierten a estos como una masa nica que debe aprender, comprender y actuar del mismo modo y a un mismo compas rítmico; en fin, requiere tiempo que la relación laboral no otorga para ver y hacer lo que la rutina le impide, pero que él esté dispuesto a dar o inventar porque libremente ha asumido un compromiso moral y ético: el de educar, es decir favorecer el desarrollo humano y de la vida, función que no se les exige a quienes libremente asumen oficios o compromisos diferentes.
Sin embargo, el educador, no es un verdadero educador si no pone en práctica estas virtudes en su propia vida; si ve la vida de manera holista, única, uniforme, y no invierte tiempo para sí mismo. Uno acta como persona cuando reafirma en sus actos los principios de solidaridad y privacidad. El verdadero educador reconoce que la vida requiere diseñar, además del pedagógico, otros proyectos en los cuales reafirmar su espíritu educativo, tales como el familiar, político, ecológico, espiritual, estético. Una manera de crecer y vivir como persona es aprender a ver-se desde varios planos y de manera actuante.
El buen educador crea espacios para recrearse al compas rítmico de sus gustos y placeres y de los gustos y placeres de sus seres preciados (pareja, hijos, familiares, colegas, vecinos, amigos); para encontrarle sentido a estas relaciones a través de otras formas; para pensar en sí mismo, en otros retos, otros compromisos, otras maneras y formas de ser, pensar, actuar, obrar, sentir, vivir, verse y saberse útil, fiable, emprendedor, falible, incompleto, inquieto, vivo, humano. La felicidad y la calidad de vida no existen por fuera de uno mismo. En nosotros reside el amor y la felicidad que podamos sentir y vivir realmente, y en gran medida la calidad de la vida que nos demos.
El pedagogo reflexiona permanentemente y de manera actuante sobre la finalidad educativa, sobre la ética pedagógica, sobre sus propias carencias como ser humano, y pone en acto los pensamientos y estrategias que elabora para ser cada vez mejor, sin claudicar, es decir sin dejar de obrar en consonancia con la función que decidí libremente realizar, a pesar de las hostilidades del entorno político, social y cultural. El pedagogo nunca dice: no hay condiciones para hacerlo como uno quisiera, acompañado de una actitud pasiva, derrotista y cómoda; por el contrario, estudia, genera espacios y estrategias para proceder de manera diferente al juego que le propone la realidad aciaga. El proyecto de muerte pedagógico nos hace mirar sin ver aquello que impide continuar en la comodidad a la que nos hemos acostumbrado o resignado vivir, pensar como pensamos, actuar como actuamos, pues no nos gusta vivir la incomodidad de emigrar del preciado territorio en el que no hacemos nada diferente.
Las debilidades y fortalezas presentes en el estudiantado se expresan también en la comunidad docente. El facilismo y la apatía no solo residen en los estudiantes sino también en el profesorado. El elogio a la complejidad pedagógica pasa por asumirse como personas incompletas y falibles, que se equivocan, que pueden aprender del error; que no deben poder saberlo todo, que requieren aprender de manera permanente porque los estudiantes no son los mismos, aprender a mirar viendo al estudiante, aprender estrategias para intervenir en su formación reconociendo que cada uno es diferente, posee su propia subjetividad, es decir su propia manera de aprender, de ser, sentir, pensar, creer, actuar, obrar.
El facilismo el proyecto de muerte pedagógico puede llevarnos a los docentes a creernos y asumirnos como seres infalibles, terminados, completos. O actuar poco afectuosa, amigablemente con los estudiantes, no regalarles tiempo, trazar límites bajo el esquema enseñante- aprendiz, intervenir a lo sumo en su formación de conocimientos: muchos docentes de esta categoría no se preparan para lograr que gran parte de los estudiantes convierta la información que se les ofrece en conocimientos, competencias, comprensiones y riqueza personal y social; unos se conforman con que los mismos pocos de siempre aprendan significativamente y pierda la mayora convencidos que hicieron lo imposible y adecuado, y otros con que muchos o todos ganen sin haber alcanzado las metas de comprensión trazadas.
Hay estudiantes y profesores que, por el contrario, asumen el quehacer de la formación y otros quehaceres de su vida práctica como proyectos de vida. Estos estudiantes son contados con la mano en los cursos y hasta en la institución. Ellos cuentan con esquemas y capacidades cognoscitivas, investigativas, autorreguladoras, motivacionales y actitudes que les permiten aprender por encima del profesor. Igual algunos docentes poseen estos y otros esquemas y capacidades para asumir la función educadora. Muchos de los criterios por los cuales se evalúa y califica a los estudiantes, hacen parte de la autoevaluación que los verdaderos educadores tienen como rutina.
El proyecto de vida pedagógico es el diseño de un plan mediante el cual los docentes se ven y asumen como educadores, evaluando y controlando la acción de intervenir en la formación realmente integral de sus estudiantes y de sí mismo.
El aprendizaje del pedagogo es permanente y continuo.
3. Diseño del itinerario formativo
Pedagogía es una carrera la cual se basa mucho en la realizacion de trabajos con loscuale nos podemos identificar con puestos de trabajos que quizás en un futuro podrían ser los nuestros.
La metodología que hemos utilizado durante el período cursado es la siguiente:
- Inicamos el curso con la creación de un blog usando el servicio www.blogguer.com. Dirección web de mi blog: http://javieordoezgomez.blogspot.com
-Más tarde creamos otro blog, que es el grupal. Estos blogs más las demás aplicaciones referentes a la Plataforma de Enseñanza Virtual de la Universidad de Sevilla lo utilizamos como herramientas educativas en el desarrollo diario de la asignatura.
Mi contrato de Evaluación con esta asignatura.
Me gustaría conseguir como mínimo un 6 en esta asignatura, aunque por pedir que no quede, pero creo que esa seria la nota q merezco puesto que aunque halla tenido el blog al día y eso, no soy una persona de hablar en clase y muchas personas lo hacen constantemente y por ello creo q ellos son los que se merecen una ota más alta. Trabajo a diario con el blog, es más me gustaría seguir con él en un ambiente más personal. Me comprometo a seguir asistiendo a clase como lo llevo hacindo desde el comienzo de esta asignatura porque pienso que aunque tengamos hecho el antes, el durante y el depués no se puede realizar sin la asistencia a clases.
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18 de enero de 2010, 12:54
Desde mi punto de vista, estoy de acuerdo contigo en el concepto de proyecto vital, y además pienso que después de poner cómo puede aplicarse a nuestro rumbo profesional, deduzco que vas a ser un excelente pedagogo o a lo que te quieras dedicar, porque te ciñes en los aspectos más importantes y dejas de lado, otros en los que se basan algunos docentes que no tienen mucha idea.
por otro lado, este más personal, estoy segura que eres una persona trabajadora y después de estas palabras muy realista.
Se que eres un buen compañero y si hablaras un poquito más los demás también lo sabrían.
Un saludo